Enfoque de Ecosalud

enfoque de ecosalud

El enfoque de Ecosalud se basa en seis principios clave para su gestión: 1) Pensamiento sistémico, 2) Transdisciplinariedad, 3) Participación, 4) Sustentabilidad, 5) Equidad de género y social, 6) Conocimiento para la acción. El pensamiento sistémico propone una mirada amplia e integradora, y por lo tanto una mayor flexibilidad y creatividad al desarrollar acciones. Permite indagar de forma holística las relaciones entre salud, ambiente, cultura, condiciones sociales,  económicas y políticas. La transdisciplinariedad utiliza la misión de un equipo multidisciplinario enfocado a solucionar una problemática en común. La participación, implica trabajo interinstitucional con todas las partes interesadas, incluidas las comunidades, socios nacionales e internacionales, sector público y privado, municipalidades y el sector académico. La sustentabilidad consiste en el desarrollo de capacidades sostenibles a largo plazo y replicables en diferentes localidades. De esta manera, se garantiza el seguimiento de las acciones y capacidades al finalizar cualquier proyecto. La equidad de género y social  busca reconocer situaciones que hacen vulnerables a mujeres y hombres, a partir de los roles que asumen en la sociedad, responsabilidades y el grado de influencia en la toma de decisiones que tienen un efecto sobre la salud y bienestar, para generar soluciones. Por último, el conocimiento para la acción, busca cerrar la brecha entre la investigación y acción, al igual que entre comunidades, instituciones e investigadores. Este principio tiene una fuerte influencia entre el establecimiento de políticas para la toma de decisiones y las prácticas sociales. 

El enfoque de ecosalud dirigido a la enfermedad de Chagas, toma en cuenta circunstancias ecobiosociales de la enfermedad. Esto significa que deben considerarse diferentes factores que favorecen la colonización de las chinches en las viviendas humanas. Bajo esto, el LENAP trabaja con factores de riesgo como: grietas en paredes hechas de materiales vegetales, pisos de tierra, desorden y suciedad, animales domésticos dentro de las viviendas y el acumulo de leña y materiales de construcción intradomiciliar. 

Las intervenciones bajo este enfoque, consisten en involucrar a todas las partes interesadas (comunidades, municipalidades, ONGs) en el mejoramiento de las viviendas con materiales locales y de bajo costo, accesibles para las comunidades. La mejora de vivienda respeta las prácticas culturales, propias de cada comunidad, para el diseño y construcción de la vivienda. De esta manera, se reduce el contacto vector-humano, evitando la domiciliación de los triatominos que transmiten la enfermedad. Al mismo tiempo, mejoran las condiciones de orden e higiene dentro de las viviendas para evitar helmintiasis transmitidas por el suelo. 

Junto a la mejora de vivienda, se promocionan campañas que tienen como objetivo mantener los animales domésticos en el peridomicilio, de tal modo que las chinches tendrán otras fuentes de alimentación lejos del intradomicilio y se reduzca el contacto vector-humano. Para ello, se involucra a las comunidades en realizar gallineros familiares en el peridomicilio. De esta manera, las chinches se alimentan de aves de corral y se interrumpe el ciclo de transmisión del parásito.Y a su vez, es una fuente alternativa de proteínas o ingresos económicos para las comunidades. Aunado a esto, se pueden realizar campañas de reforestación con plantas nativas para regenerar el ciclo selvático de los triatominos. 

El enfoque de ecosalud ha demostrado ser una herramienta eficiente en las intervenciones para disminuir la transmisión de la enfermedad de Chagas en Guatemala. Proporciona un vínculo entre las partes de interesadas, comunidades e investigadores y facilita la gestión intersectorial.